Ayer celebramos San Valentín.
Como os dije, aunque me parece una fiesta demasiado comercial, sí me suele gustar hacer alguna cosilla, pero eso, hacerla yo. Y son este tipo de cositas con las que me gusta sorprender a mi chico.
Esta es la dulce sorpresa que esperaba a mi marido por la mañana para desayunar:
Y cuando regresó de trabajar, encontró la casa bajo una luz especial...
Si hubierais podido ver su carita...
Se detuvo a leer los mensajes... y se emocionó...
Mesa para dos: RESERVADO
Y aunque la cena especial que preparé para la ocasión estuvo muy bien, lo mejor, fue el postre:
¿No alcanzas a verlo?

Esponjoso corazón de muffin de chocolate bañado en una rica compota de fresa, adornado con rodajitas de fresa y pepitas de chocolate y cubierto de nata.
¿te apetece probarlo?
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